LOLES SILVA
Ni siquiera en la Asociación de Comerciantes Chinos en España tienen claro el dato de cuántas tiendas hay en nuestro país regentadas por sus compatriotas. Hablan de más de 15.000 empresas, la mayoría de pequeño tamaño: más de 4.000 restaurantes, 3.500 'Todo a 100' (la mayoría reconvertidos), 2.000 tiendas de ultramarinos, frutos secos y similares, 1.000 almacenes mayoristas... y así una larga lista, cuyo detalle no está claro. Lo único que reconocen desde la citada organización es que ellos sufren «muy poco paro».
Lo cierto es que no hay calle o barrio donde no haya un comercio o bazar en el que ciudadanos chinos vendan casi de todo. Amplios horarios, precios baratos y una grandísima oferta han convertido estas tiendas en un éxito para los consumidores y en un quebradero de cabeza para la competencia, donde la principal queja es que no respetan la normativa vigente e incluso carecen de licencia, irregularidades que se han ido reduciendo en los últimos años al tiempo que aumentaba su 'invasión' pacífica del país.
En España había 145.425 ciudadanos chinos empadronados a principios de año -frente a los casi 800.000 rumanos, 710.000 marroquíes o 415.000 ecuatorianos-, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que supone el 2,6% del total de los extranjeros tras haber aumentado un 15,5% en 2008. Pero las administraciones -ni la central ni las autonómicas y locales- saben con certeza cuántos trabajan en el comercio y la restauración, aunque se calcula que uno de cada dos.
Llegaron a España a finales de los años 80, cuando aún reinaba la peseta y se convirtieron en los 'Todo a 100'. Fue una idea importada de Estados Unidos donde todavía hoy proliferan las tiendas a un dólar. Se convirtieron en un éxito total en ventas. Pero llegó la moneda única europea y todas tuvieron que reciclarse, bajo el cartel de 'Todo a un euro'. Allí el comprador puede encontrar prácticamente de todo; la calidad no importa tanto, comprar barato sí.
Ahora el concepto es distinto aunque en la tienda rece el cartel de 'Todo a un euro', lo cierto es que ya prácticamente nada vale ese precio, pero a pesar de ello el éxito está garantizado. Los estudios de ventas y la práctica han demostrado que, por razones psicológicas, el consumidor termina gastando más cuando cree que compra barato. La 'búsqueda del chollo' se convierte así en la oportunidad del comerciante. SIGUE................
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