24 feb 2009

Las empresas familiares ante las crisis presentan dos frentes de batalla que hacen la gestión muy distinta, a veces más compleja ..............

En primer lugar están las variables de negocio que se ven impactadas, con menor y o mayor violencia, por la crisis en turno. La rentabilidad, el flujo de efectivo, la productividad, la eficiencia, etc. Todas estas realidades deben ser atendidas de la manera más profesional, eficaz y certera si se quiere sobrepasar la tempestad.

Cinco ideas que pueden servir como guía:

1
No es tiempo de grandes márgenes, es mejor tener muchas operaciones aunque la ganancia en cada una de ellas sea pequeña. El foco principal de la dirección debe estar en aumentar la velocidad en la que la organización es capaz de generar dinero. Esto significa que hay que buscar acelerar el flujo de efectivo con rentabilidad.

2
Ahorrar es bueno, pero vender es mejor. Tradicionalmente sabemos que en tiempos de crisis hay que apretarse el cinturón, es verdad, pero… si apretamos demasiado perdemos la energía necesaria para continuar trabajando. Hay que poner la energía en nuevas ventas, que permitan
cumplir los objetivos de la empresa y no perdernos en “recortes del gasto”.

3
Para vender, entiende a tus clientes y para eso escucha a tus empleados. Nadie conoce mejor a tus clientes que los empleados que los atienden, llevan Las empresas familiares ante las crisis presentan dos frentes de batalla que hacen la gestión muy distinta, a veces más compleja que en otros tipos de empresas. años tratando con ellos, platicando, contando chistes; mucha información valiosa esta ahí esperando que alguien escuche. Cuando no podemos hacer estudios formales del mercado, podemos hacer estudios informales: escuchar, analizar lo que nos dicen, usar nuestra intuición y nuestro buen juicio. Es el momento de afilar el colmillo y echar mano a la experiencia acumulada en nuestra empresa.

4
Después de vender, trata de comprar bien. Los costos que puedas reducir fuera de tu empresa son los mejores:

descuentos, financiamiento barato, entregas puntuales, mejor calidad, reducción de inventarios, mejoras de servicio, etc. Dependiendo de la estructura de costos de cada negocio, el ahorro en la compra de materias primas y servicios pude impactar en el margen mucho más que cualquier recorte en los costos fijos. Busca beneficios, pero trata de mantener una relación sana con tus proveedores, cumple los acuerdos y paga en las fechas comprometidas. MeM 21 En portada

5
Si tienes que recortar gasto fijo, lo último que debes recortar es la nómina y eso sólo cuando no haya otro remedio.
Los empleados son el músculo con el que atiendes a tus clientes, y lo que los mantiene trabajando se llama motivación.
Si lo primero que se hace en una crisis es recortar empleados la moral se va al suelo y es muy poco probable que se pueda obtener algún esfuerzo adicional cuando sea indispensable. Recortar personal es el último recurso, que se usa habiendo agotado las demás alternativas.

En resumen, incrementa el flujo aumentando ventas, usa tu experiencia para mejorar tu oferta de valor, compra bien, recorta lo que no sea indispensable y trata de proteger, por todos los medios, a tus empleados. Todo fuera como eso… es cierto. Lo verdaderamente importante es el
orden, si seguimos el camino tradicional de recortar primero el gasto, apretarnos el cinturón, ratar mal a los proveedores y tratar de incrementar nuestros márgenes unitarios, lo más probable es que nos sobrevivamos a la crisis.

Pero en una empresa familiar eso no basta, ya que adicionalmente tenemos que cuidar a la familia. La empresa es el patrimonio: ganar dinero es sólo uno de los objetivos, existe también la necesidad de dar seguridad en el empleo a los miembros de la familia que laboran en la empresa y seguridad en el patrimonial a largo plazo.

Normalmente es en los tiempos de crisis cuando más se cuestionan las decisiones y aumenta la tensión, todos están nerviosos y entran en operación mecanismos de presión que pueden tener consecuencias devastadoras si no se enfrentan correctamente.

A continuación, cinco sugerencias para enfrentar el reto de la crisis y disminuir la presión:
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