No es oficial, a la espera de que se publique en el BOA, pero ya se conocen los festivos comerciales para el 2009 en la Comunidad Autónoma. El departamento de comercio del gobierno de Aragón ha mantenido los mismos criterios que en años anteriores, permitiendo que sean 8 festivos, con las mismas condiciones: libertad de apertura a establecimientos con menos de 300 m2 y las mismas competencias para los municipios. Y como en años anteriores las valoraciones, a favor y en contra, no se han hecho esperar.
Desde las asociaciones de consumidores se tacha al departamento de “conservacionista” y solicitan la liberalización total como en Madrid argumentando los nuevos hábitos de compra de las familias.
Evidentemente el criterio de UPTA Aragón es claro.
Es cierto que el pequeño comercio ha de revisar su formato y actuación y tal vez deba adaptarse a los nuevos hábitos de consumo pero también es cierto que el esfuerzo no puede seguir siendo unilateral. UPTA Aragón “aplaude” el criterio “conservacionista” de la DGA.
Verdad es que los Súper colaboran con la industria agroalimentaria para que sus productos se vendan mejor, pero también es verdad que estos establecimientos deberían marcar como objetivo prioritario una política de precios ya que actualmente no son negocios de márgenes sino de volumen. Y claro para ello aconsejan al primer eslabón de la cadena que logre una "dimensión empresarial competitiva”, ¡qué fácil!.
Por otro lado añadir que el producto “estrella” de estos establecimientos sigue siendo la “marca blanca” que puede suponer un ahorro de entre un 35% y un 50% al cabo del año. Está claro que el consumidor en tiempo de crisis se fijará en el precio, tal y como avanza el estudio de MERCASA presentado hace un tiempo.
Según otro estudio, el de Experian, del que se hace eco la prensa, las visitas a los centros comerciales se frenan con un aumento solo del 0,8%. La crisis económica actual está provocando una notable retracción del consumo, pues todos los consumidores reconocen sus esfuerzos por comprar menos.
Pero volviendo al tema que nos ocupa, hay que decir que según la “radiografía” del comercio en Aragón es cierto que el pequeño comercio debe enfrentarse a nuevos retos para evitar su desaparición como la especialización, y la formación; desde UPTA Aragón se proponen varias soluciones como la diversificación y el incremento de la calidad del servicio al igual que fomentar el asociacionismo en el sector.
Según destacaba la prensa aragonesa recientemente, los bajos precios llenan de clientes el Mercado Central de Zaragoza ya que los productos se venden hasta un 50% más baratos para atraer las compras y por ejemplo la “campaña de Navidad” se prepara ya con bonos descuento y párking gratuito.
El Mercado Central es un ejemplo de las recomendaciones de UPTA; está siendo un éxito precisamente porque sus puestos ofrecen diversificación y precio. Los consumidores se pueden ahorrar fácilmente 10 y 20 euros en una sola vez, ya que los productos son hasta un 30% y un 50% más baratos.
Lo que está claro es que el consumidor está acudiendo allí donde los precios de la alimentación son más baratos. Y entre ellos, los mercados.
El hecho de que muchos de los propietarios de los puestos del Mercado Central acudan personalmente a Mercazaragoza o se nutran de un género que llega directamente de las huertas hace que los productos sean más atractivos y baratos. Más incluso que los precios de los formatos “super”.
Lo dicho, al final el precio es el que “manda”. Y es el tema que nos ocupa y que no hay que dejar de lado. Está claro que ahora es lo que al consumidor le importa, lo demuestran los datos de vertidos anteriormente. Las asociaciones de consumidores, por tanto, debería escuchar a sus “representados” y solicitar campañas de determinación de precios.
En definitiva, para la DGA los criterios relativos al comercio en defensa del consumidor son calidad, servicio y precio, y es este último en realidad, lo que el consumidor, objetivamente, demuestra que está teniendo en cuenta en sus hábitos de compra, antes que la mayor o menor amplitud de horarios (que de ese tema ya se ocupará la directiva Bolkestien) y, por lo tanto, sería de justicia que las Asociaciones de Consumidores, objetivamente, se preocupasen por esta cuestión y solicitasen la creación de un observatorio de precios para la comunidad Autónoma, que fuese además público y accesible, de forma que el consumidor dispusiese de una información basada en la transparencia y que pudiese “realmente” elegir.
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